La audición es la vía principal para adquirir el lenguaje oral, uno de los atributos humanos más importantes. El lenguaje permite a los seres humanos la comunicación a distancia, y a través del tiempo ha tenido una participación decisiva en el desarrollo de la sociedad y sus numerosas culturas.
El lenguaje es el medio por el cual los niños simbolizan la realidad y pueden separarse de ella permitiendo el adecuado desarrollo del pensamiento y, con ello, la adquisición del conocimiento humano. El pensamiento, lenguaje y habla, utilizados como medios de expresión, están íntimamente ligados.
Un factor que impide la correcta adquisición y transciende ampliamente en el desarrollo de un lenguaje oral es la hipoacusia, la cual consiste en un trastorno sensorial que provoca incapacidad para escuchar sonidos, que puede afectar de forma unilateral como bilateral.
El promedio de edad en el cual se hace el diagnóstico de hipoacusia, sin contar con un programa de detección precoz, es alrededor de los 3 años. Es por esto que en la actualidad existen dos técnicas de tamizaje auditivo que se encuentran disponibles: las emisiones otoacústicas (EOA) y los potenciales evocados auditivos de tronco cerebral (PEATC) automatizados.
¿Qué son las emisiones otoacústicas (EOA)?
Las emisiones otoacústicas corresponden a la medición de la actividad de las células ciliadas externas de la cóclea, permitiendo evaluar la función coclear preneural, por lo tanto, son el resultado de la actividad celular desencadenada por la estimulación del oído por un determinado estimulo sonoro.
¿Cuál es el objetivo de las emisiones otoacústicas en recién nacidos?
Esta técnica permite la detección temprana de patologías congénitas. Por eso su importancia y masificación ya que las pérdidas auditivas infantiles permanentes afectan alrededor de 133 por cada 100.000 niños.
¿Para qué realizar una detección precoz de trastornos auditivos?
Su detección y tratamiento temprano permite prevenir severas repercusiones lingüísticas y psicosociales. Intervenciones antes de los 6 meses permiten que niños hipoacúsicos tengan un normal desarrollo del habla y del lenguaje, a la par de sus compañeros normo-oyentes, por lo tanto, es importante para:
El examen se realiza colocando un micrófono cubierto por una oliva (o sonda) en el canal auditivo externo, de preferencia durante el sueño. La prueba se debe llevar a cabo en un lugar tranquilo y silencioso.
Si el examen resulta alterado en uno u ambos oídos se informa a la madre y se deriva al Servicio de Otorrinolaringología para realizar el estudio diagnóstico correspondiente.
Por Andrea Mena Vásquez
Fonoaudióloga
Diplomada en Neurorehabilitación Infantil
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