En estos tiempos sentirse estresados es una constante para la mayoría de las personas. La vuelta al colegio, al trabajo, las cuentas de marzo, la crisis social y muchas otras situaciones provocan esa sensación permanente de tensión, cansancio y malhumor –entre otros síntomas- que conocemos como estrés y puede abrir la puerta a varios problemas de salud.
El primer paso para manejar saludablemente el estrés es reconocer las formas dañinas como reaccionas a éste:
Dolor: Tu reacción inconsciente es apretar los dientes, los puños, tensar los músculos –especialmente del cuello y los hombros-. Además pueden aparecer molestias estomacales, dificultad para respirar, dolor de espalda, jaquecas e insomnio.
Comer en exceso: El estrés puede gatillar que comas aunque no tengas hambre o dejes de hacer ejercicio. También puede suceder que te quite el apetito y adelgaces de manera no saludable.
Malhumor: Estar en situaciones de estrés puede generarte una actitud constante de enojo. Cuando estás bajo presión puedes encontrarte discutiendo con colegas, amigos o seres queridos, muchas veces sin provocación o sobre cosas que no tienen nada que ver con lo que te causa el estrés.
Llanto: Puedes tener crisis de llanto, algunas veces sin que nada las genere. Pequeñas cosas no relacionadas con la causa del estrés pueden hacerte llorar. También puedes sentir soledad o aislamiento.
Depresión: El estrés crónico puede ser un factor en el desarrollo de depresión o desórdenes de ansiedad.
Negatividad: Cuando no se puede manejar el estrés es común sentir que todo va mal, que sólo van a ocurrir cosas desagradables y magnificar los aspectos negativos de las situaciones.
Fumar: Aunque hayas dejado de fumar hace tiempo un cigarrillo puede parecer una forma fácil para relajarte si estás bajo presión. Algunas personas usan alcohol y drogas por la misma razón.
Una vez que identifiques cómo reaccionas a las situaciones estresantes en tu vida podrás aplicar estos consejos para manejarlas mejor:
Reduce: Disminuye tus obligaciones en lo posible. Delega aquello que puedas y recorta en obligaciones que no son esenciales.
Prepárate: Evita el estrés preparándote con tiempo para reuniones, viajes y los diferentes compromisos del año (la entrada a clases, las vacaciones, aniversarios, cumpleaños, navidad, etcétera).
Conéctate con más personas: Rodearte con gente que puede aportar positividad a tu vida mejorará tu capacidad de manejar el estrés.
Ten un pasatiempo no competitivo: Hacer algo sólo porque lo disfrutas genera calma y una mejor disposición hacia la vida. Puede ser leer, jardinería, manualidades, música y mucho más.
Relajación: Actividad física, meditación, yoga, masajes, incluso ejercicios de respiración, pueden ayudarte a manejar el estrés. Lo que importa es que te enfoques en algo que te calma y aumenta la conciencia hacia tu cuerpo.
Dormir bien: La falta de suelo afecta tu sistema inmunológico y tu capacidad de juicio. También te hace más irritable. Deberías dormir entre siete y nueve horas diarias.
Ayuda profesional: Si no logras controlar tus reacciones negativas al estrés con estos consejos puede que necesites ayuda sicológica ya que el estrés crónico no controlado puede llevar a problemas de salud serios como dolor y depresión.
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